08
Nunca habían volado los cristales y pasé algunos días preocupada pensando en el viaje, en el transporte, el control del aeropuerto, las dimensiones aceptadas en cabina…. Cuando los vi acomodados en sus asientos del avión con los cinturones de seguridad ajustados, me relajé completamente porque lo difícil ya había pasado. Iba a Marsella con una ilusión tremenda y sé por experiencia que allí el apoyo de antiguos compañeros y amigos no me faltaría, que siempre ha sido así. Y eso hace de ese precioso lugar uno de mis segundos hogares.
Leer más»